* Por Ame Rubik
En las últimas semanas se ha multiplancado el interés mundial por los NFT.
El 11 de marzo, el artista digital Beeple vendió a través de la conocida casa de subastas Christie’s su obra Everydays: The first 5000 days por algo 58 millones de euros. La obra es un cuadro que cualquiera puede ver en internet y descargársela, pero su propietario cuenta con un certificado digital, un NFT, que le acredita como el dueño de la obra.
Everydays: The first 5000 days
NFT es el acrónimo de Non Fungible Token (token no fungible) y está creado mediante tecnología de blockchain, que lo hacen muy seguro. Es la misma tecnología de los bitcoins, pero a diferencia de las criptomonedas, los NFT son únicos: no pueden ser reemplazados por algo similar que tenga el mismo valor, no se pueden dividir y contienen información sobre el autor y el propietario.
Jack Dorsey, cofundador de Twitter, ha vendido el primer tuit, del 2006, por dos millones de dólares
Hace unas semanas Jack Dorsey vendió por 2 millones de dólares ( 1,7 millones de euros) el primer tuit, que escribió en marzo del 2006 con un mensaje tan tonto como “estoy configurando mi twttr — nombre original de la red de micromensajes — “
La salida al mercado de los NFT resuelve todas las interrogantes. ¿De qué sirve pagar por una obra que otros pueden descargar de la misma forma? Se trata de la autenticidad a un objeto, artístico ,industrial, digital que aunque sea replicable, siempre tiene un certificado sobre su propiedad.
Los NFT vinieron para quedarse y ser parte de esta nueva revolución crypto-económica de la cual somos parte diariamente en cada escenario político, económico y social. Quedan muchas cuestiones para ir resolviendo y aplicando nuevos modelos de valor a los nuevos negocios y expresiones digitales.